Por Diego Parra – Gerente General, Clínica Pergamino (Buenos Aires)
En el sector de la salud de Argentina, la coyuntura ha impulsado la necesidad de crear nuevas
estrategias para sobreponerse a la inflación, y así garantizar la continuidad de la atención. Con
esto en mente, se realizó el encuentro de conocimiento y relacionamiento organizado por
Bionexo Argentina, en el cual participaron instituciones de salud y proveedores de la industria,
dando lugar a diferentes perspectivas.
Dicho espacio contó con la participación del Licenciado Diego Parra, Gerente General de la
Clínica Pergamino, quien habló de la “Gestión de compras hospitalarias en tiempos de inflación”;
un proceso que integra la búsqueda, selección, negociación, seguimiento y control de las fuentes
externas de insumos, así como servicios que la organización necesita para brindar la atención al
paciente.
Un contexto económico sensible
Según el Lic. Parra, por cerca de 20 años el sector ha vivido en un contexto de crisis económica,
y a esto se suma la inflación extraordinaria de los últimos tiempos. Este escenario obliga al
comprador a tener mayor control sobre el consumo destacando que, luego del capital humano,
los insumos médicos constituyen el segundo componente de costos de la prestación de una
institución de salud.
Del otro lado, para los prestadores no es viable trasladar el aumento de costos de los insumos a
los precios de su servicio, con lo cual la variable que sí se puede controlar es realizar una gestión
de compras aún más eficiente, seguir ofreciendo “la mejor calidad a menor costo”. Pero, cumplir
con esta premisa no significa comprar más económico, sino seleccionar cuidadosamente los
insumos y para esto, hay que tener en cuenta que el proceso abarca: producto, proveedor,
cantidad y calidad de insumos.
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Con el objetivo de unificar la indicación médica, resulta fundamental establecer guías clínicas y
protocolos de atención con el fin de contar con un parámetro de excelencia que pueda ser
conocido por todos los actores que intervienen en cada caso. Esto permitirá estandarizar los
tratamientos y, como consecuencia, el consumo de los insumos necesarios para la atención
médica.
SECTOR SALUD
Tipos de stock y recomendaciones para ganar eficiencia
Una empresa de salud cuenta con distintos tipos de stock:
– Stock de seguridad (necesario para cubrir los imprevistos en la cadena de provisión. Por
ejemplo, demoras en la entrega)
– Stock cíclico (cantidad de insumos necesarios para cubrir el consumo habitual de la
demanda).
– Stock complementario (para situaciones de emergencias y/o estacionalidades).
– Sobre stock (nivel se stock superior al necesario para cubrir la operatoria, evitar
imprevistos y emergencias/estacionalidades, lo cual afecta la capacidad del depósito,
dificulta el control, aumenta el costo de mantenimiento, y así mismo, el aspecto
financiero; esencialmente por el capital inmovilizado que genera pérdida de liquidez).
De acuerdo con Diego Parra “no es recomendable pagar costos de inmovilización de stock sin
evaluar el costo de oportunidad que representa tener medicamentos en almacén, descartables
u otros insumos que probablemente no se vayan a utilizar o, incluso, puedan llegar a vencerse”.
Cómo planificar una compra estratégicamente
Independiente de transitar en un contexto económico de inflación, si es posible hacer una
gestión de compras más eficiente y acertada, y para construir la estrategia de compra la
tecnología es clave.
Actualmente, existen herramientas que ayudan a entender el flujo de insumos, las
estacionalidades, tiempos de entrega, precios más favorables, qué plazos de pago se negocian,
dónde surgen las emergencias, cuáles son los productos más demandados según el área, entre
otros. Y una vez que el comprador entiende todo el ecosistema, puede llevar a cabo una gestión
de compras eficiente considerando algunos factores como:
1. Definir lo que es importante: Realizar una clasificación ABC del stock con el fin de
identificar los códigos de mayores costos y mayor volumen.
2. Estadísticas: Analizar los niveles promedio de consumo y sus desvíos.
3. Planificación: Solicitud del producto, cotizaciones de proveedores, análisis de las
cantidades (evitar la inmovilización) y análisis de procesos de logística interna en forma
continua.
4. Control: Auditoría médica, farmacéutica e infectología a partir de la confección de
protocolos de atención y vademécum interno. Control del proceso desde la compra de
medicamento, su envío para ser utilizado o bien registro de devoluciones con reingreso
al stock.
Claves para lograr mejores resultados
– Tecnología: resulta esencial contar con herramientas que puedan ampliar la red de
proveedores y contactos estratégicos en el proceso de suministro. Así mismo, que
puedan procesar grandes volúmenes de datos en pocos minutos, analizando la
información y realizando proyecciones para tomar mejores decisiones.
De igual forma, la innovación entrega nuevos métodos para incrementar
exponencialmente la eficiencia en los procesos de inventario a través de tecnología
RFID integrada con software y hardware. De ahí, la importancia de abrir el panorama y
acercarse a los nuevos métodos que elevan el nivel de los resultados.
SECTOR SALUD
– Protocolos de atención (tratamientos clínicos y quirúrgicos) – Profesionales referentes
de cada especialidad intervienen en recomendar las mejores prácticas y la utilización
de ciertos insumos en cada caso. Al momento de realizar la indicación médica tanto de
medicamentos, descartables o dispositivos deben saber qué es lo que se utiliza en cada
caso, con el aval correspondiente.
– Vademécum interno: Este tipo de protocolos se relacionan directamente con la
elaboración de un listado de medicamentos y dispositivos que la organización decide
utilizar según cada caso. Esto evita la diversificación en la compra de estos insumos en
diferentes presentaciones, lo cual no representa economía ni eficiencia.
En síntesis, para llevar la teoría a la práctica y sortear los desafíos que presenta la inflación para
el sector de la salud, la ecuación sugerida es planificación meticulosa en suma con tecnología
avanzada y la implementación de protocolos internos robustos. Adaptarse a estas prácticas no
solo permitirá mantener la calidad del servicio, sino optimizar costos, mejorar la eficiencia
operativa y asegurar la sostenibilidad de las instituciones de salud en el país.