El cambio de hábitos: la decadencia del consumo joven en moda
El panorama del consumo de moda está experimentando un cambio sísmico, especialmente entre los jóvenes. Desde 2008 hasta la actualidad, el gasto per cápita en artículos de moda ha sufrido una drástica caída del 33%. Esto significa que mientras hace dieciséis años cada español gastaba alrededor de 584 euros al año en textil y calzado, ahora esta cifra se ha reducido significativamente a solo 393 euros, según revela el informe «La moda ante un consumidor diferente» elaborado por Kantar Worldpanel.
El informe señala que factores como la inflación, la confianza del consumidor y un contexto internacional difícil han tenido una influencia directa en la evolución del sector textil, que es particularmente sensible a las crisis. Desde la crisis financiera de 2008, los consumidores han evolucionado hacia compras más orientadas a lo estrictamente necesario. Para contrarrestar la inflación, optan por retailers de precios bajos y nuevos operadores low cost, como Shein, Pepco, Zeeman o Kik, que ofrecen multiplicidad de opciones a precios más accesibles.
Esta combinación de factores ha llevado al estancamiento del sector, que aún no ha logrado recuperar los niveles de facturación prepandemia. Aunque la industria ha experimentado un crecimiento en valor, lo ha hecho a expensas de no aumentar en volumen, lo que plantea desafíos para su crecimiento futuro, especialmente dado que el ciclo inflacionario parece estar llegando a su fin.
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El consumidor actual ha adoptado nuevos hábitos de compra y tiene prioridades diferentes. Con un presupuesto inferior debido al desequilibrio entre el aumento de los salarios y la inflación, existe una incertidumbre generalizada que dificulta el crecimiento del sector. Además, la transición hacia un modelo de moda más sostenible, impulsada por imperativos legales y demandas de los consumidores, implica un aumento de los precios de las prendas, lo que puede afectar aún más el comportamiento de compra.
Según el informe, el 38.7% de los consumidores considera que la moda perjudica al medio ambiente y demanda prendas hechas con materiales reciclados. Sin embargo, solo el 31% está dispuesto a pagar el sobrecoste que esto conlleva. Este cambio de mentalidad es especialmente evidente entre las generaciones más jóvenes, que han cambiado radicalmente sus hábitos de compra de moda en comparación con generaciones anteriores.
Mientras los boomers han mantenido durante años el crecimiento del sector, los jóvenes muestran otras preferencias en sus gastos, lo que representa un desafío para la industria. Para revertir estos comportamientos, las marcas deben reconectar con estas generaciones más jóvenes, ofreciendo una propuesta de valor clara y diferenciada que resuene con sus necesidades y valores. En un momento en que la industria de la moda se enfrenta a un cambio de paradigma, adaptarse a estas nuevas realidades será crucial para su supervivencia y éxito a largo plazo.