La incertidumbre política en Perú ha cobrado un duro precio en su calificación crediticia. S&P Global Ratings, una de las principales agencias calificadoras de riesgo, ha rebajado la perspectiva de Perú de estable a negativa, y ha bajado la calificación crediticia soberana a largo plazo en moneda extranjera de BBB a BBB-. Esta decisión enciende las alarmas sobre el futuro económico del país y la confianza en sus instituciones.
Según S&P, el complejo panorama político peruano, marcado por la fragmentación y la falta de consenso, limita la capacidad del gobierno para implementar políticas que impulsen la economía. La agencia señala que esta situación, que se espera persista hasta las próximas elecciones presidenciales y del Congreso en 2026, genera un «costo de oportunidad para el crecimiento».
Baja confianza en las instituciones
S&P también destaca el «muy bajo apoyo popular» al Ejecutivo y al Congreso, lo que, sumado a la fragmentación política y la falta de partidos fuertes, «subraya la incertidumbre de sus instituciones políticas». La falta de consenso dificulta la implementación de medidas para reconstruir las reservas perdidas durante la pandemia y las crisis económicas posteriores, como los ahorros para las pensiones, y aumenta la carga de la deuda del gobierno.
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Las investigaciones contra Boluarte añaden presión
La situación se ve agravada por las investigaciones que pesan sobre la presidenta del país, Dina Boluarte, por el caso Rolex. Boluarte está acusada de enriquecimiento ilícito, omisión de declaraciones y cohecho pasivo impropio, lo que ha debilitado aún más la confianza en el gobierno y las instituciones.
Un futuro incierto
La rebaja de la calificación crediticia por parte de S&P es un duro golpe para la economía peruana y su imagen en el ámbito internacional. La incertidumbre política y la falta de confianza en las instituciones representan un obstáculo importante para el crecimiento económico y la estabilidad del país.
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¿Qué se puede esperar?
Queda por ver cómo reaccionará el mercado a esta rebaja de la calificación crediticia. Es posible que se produzca un aumento de las tasas de interés y una mayor volatilidad en la moneda peruana. El gobierno peruano deberá tomar medidas urgentes para abordar la inestabilidad política y fortalecer las instituciones si quiere recuperar la confianza de los inversores y evitar un impacto negativo en la economía.