En Perú, el 99,22% de la población cuenta con un seguro de salud, ya sea a través del Sistema Integral de Salud (SIS) o EsSalud. Sin embargo, a pesar de esta amplia cobertura, una realidad preocupante persiste: muchos peruanos no logran acceder a los medicamentos que necesitan cuando acuden a los establecimientos de salud públicos.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2022, el 47,26% de los peruanos que buscan atención médica optan por acudir a farmacias o boticas privadas. Esta cifra contrasta con el 62,66% de prestadores de salud del Ministerio de Salud (Minsa) y Gobiernos Regionales (GORE) que cuentan con una disponibilidad de medicamentos esenciales superior al 80% a marzo de 2024.
¿Por qué acudir a farmacias privadas si tengo seguro público?:
La principal razón por la que muchos peruanos prefieren las farmacias privadas es el desabastecimiento crónico de medicamentos en los establecimientos de salud públicos. Al no encontrar en estos últimos la receta completa, las personas se ven obligadas a buscar alternativas en el sector privado, asumiendo un costo adicional que no todos pueden pagar.
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¿Obligar a las farmacias privadas a tener más medicamentos genéricos es la solución?:
El Congreso de la República y el Poder Ejecutivo (Ministerio de Salud) proponen cargar el problema de la falta de acceso a medicamentos en las espaldas de las boticas y farmacias privadas, obligándolas a mantener en existencias un determinado porcentaje de medicamentos genéricos.
Sin embargo, este enfoque presenta serias limitaciones. Si prácticamente todos los peruanos tienen un seguro de salud público, lo que se espera es que este garantice la atención y medicación necesaria. Obligar a las farmacias privadas a suplir las deficiencias del sector público no solo es injusto, sino que también podría generar un aumento en los precios de los medicamentos.
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Un camino alternativo: Abordando el problema desde la raíz:
En lugar de centrarse en soluciones temporales como la propuesta del Congreso, es necesario abordar el problema de fondo con una visión de largo plazo. Las propuestas de salida deben considerar al menos tres aspectos:
Construir una política farmacéutica que promueva los medicamentos genéricos intercambiables: La confianza en los medicamentos genéricos es crucial para reducir la dependencia de las marcas más caras. Esto implica campañas de información y educación para el público, así como la implementación de medidas que garanticen la calidad y eficacia de los genéricos.
Cambiar el modelo de gestión del abastecimiento en el sector público: Implementar un indicador de nivel de servicio que mida la entrega completa y oportuna de todos los productos recetados al usuario. Esto permitiría establecer incentivos claros a los operadores de los servicios de farmacia, orientando la gestión a atender las necesidades reales de la demanda.
Involucrar a las farmacias y boticas privadas en las soluciones de fondo: Considerarlas parte del sistema nacional de salud, con un rol claro en el acceso a terapias, especialmente para enfermedades crónicas. Una iniciativa como «Farmacia Vecina de EsSalud», que utiliza las capacidades de compra del Estado con la agilidad del privado, podría ser un modelo a seguir.
Un llamado a la acción:
Es urgente que los poderes del Estado y la ciudadanía se concentren en identificar soluciones de fondo para resolver este problema que afecta sobre todo a los peruanos más vulnerables. La construcción de un sistema de salud que garantice el acceso universal a medicamentos de calidad y a precios justos es una responsabilidad compartida que exige un esfuerzo conjunto y sostenido.