Por: Mauricio Gutiérrez, director comercial de Prosegur Cash en México
El sector retail adopta nuevas tendencias de forma permanente y con mucho empeño se enfoca en lograr que los consumidores puedan encontrar beneficios y/o satisfactores diferenciales en el momento de la compra. Este momento al que me refiero involucra oferta y disponibilidad de producto, ubicación, entre diferentes factores que determinan la necesidad del cliente. Hoy en día, con las variantes existentes en el mercado, el sector considera la diferenciación con respecto a la competencia en otros conceptos como la experiencia de compra del cliente. Es innegable que limitar la experiencia del cliente resulta en pérdida de ventas. Siguiendo esta línea, el sector busca reducir los “obstáculos” que hagan que ese instante en donde el cliente decide la compra se pierdan y las innovaciones tecnológicas se convierten en aliados naturales del sector, sea por su capacidad de eliminar “obstáculos” o por la capacidad de gestión que se logra al implementarlas.
La gestión del dinero en efectivo, en concreto, es un elemento crucial para las empresas del sector retail en México. Aunque la digitalización de los pagos se encuentra en expansión, la realidad refleja que el efectivo continúa siendo el medio de pago “favorito” de los mexicanos para sus compras, como revela el estudio “Números que hablan: México 2023” de Fiserv. Debido a su gran presencia en las transacciones minoristas, el efectivo debe ser gestionado de manera segura, puesto que una mala gestión de este impacta negativamente en la rentabilidad y seguridad del negocio.
Considerando que la Asociación Nacional de Tiendas de Auto Servicio (ANTAD) en México, estima que el robo produce pérdidas superiores a los 13 mil millones de pesos al año (al tener perecederos, problemas de hurtos, malos procesos y mala gestión de inventario), lo que representa hasta el 15% del inventario de los minoristas (1) resaltando el peligro que supone la gestión del efectivo. Teniendo en cuenta esta exposición, y con el objetivo de garantizar una buena gestión del efectivo, se deben minimizar los riesgos asociados a este tipo de transacciones mediante estrategias seguras.
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Algunas estrategias de minimización de riesgos, son el control de flujo de efectivo es crucial para evitar pérdidas o robos. Para ello, la supervisión de entrada y salida de caja es un paso fundamental. Asimismo, la optimización de la gestión del efectivo juega un papel importante en mantener la seguridad del negocio. Por esto es importante implementar políticas de depósito y usar sistemas de almacenamiento seguros.
El factor humano y, en concreto, de los empleados, juega un rol importante. La capacitación del personal en el procedimiento de manejo del efectivo, al igual que cualquier otro medio de pago, es necesaria. Se debe formar a los empleados frente a los procedimientos operativos y de seguridad, para poder proteger, tanto el dinero como a ellos mismos y a los clientes ante una situación de robo o fraude. De igual modo, la identificación de billetes falsos con sus pertinentes herramientas también es algo que debería aprender el personal de caja.
Adicionalmente, es muy importante incorporar medidas de seguridad suplementarias ya que estas son esenciales para proteger los productos, el dinero, al personal y los clientes del comercio. Una de estas medidas es la contratación de servicios de transporte de valores. De igual manera la implementación de sistemas de seguridad física o la instalación de sistemas de vigilancia resultan efectivos para disuadir robos o proporcionar evidencia en caso de incidentes. Siendo especialmente útil para este último caso la adquisición de pólizas de seguro con cobertura de robos, asaltos u otros problemas relacionados con el manejo del efectivo.
Atendiendo a la complejidad que puede suponer para un comercio minorista la gestión segura del efectivo, se deben implementar soluciones que optimicen este proceso, a través de herramientas que permitan y faciliten la transformación de los procesos de administración del efectivo para comercios en el punto de venta con resultados centrados en la trazabilidad, disponibilidad y apego total a las políticas de tesorería en el punto de venta optimizando así los recursos en las cuentas de los comercios.
En síntesis, implementar dispositivos como solución integral mejora la gestión del efectivo en el punto de venta y se posiciona como un pilar fundamental para fortalecer la aplicación de las políticas de riesgo de las empresas retail. Entendiendo los retos de seguridad que puede suponer el efectivo y reconociendo la continua relevancia del efectivo como medio de pago en México, es esencial implementar estrategias eficaces y seguras para los negocios. Una buena gestión de medios de pago, junto con una comprensión profunda del cliente, no solo fortalece la seguridad financiera de los comercios, sino que también potencia su capacidad para mantenerse competitiva en un entorno minorista dinámico y en constante evolución.