La brecha de precios en los alimentos desafía al sector agropecuario
En el mes de marzo, los precios de los alimentos en Argentina experimentaron un aumento significativo, multiplicándose por 3,4 veces desde el campo hasta la góndola, según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este fenómeno refleja una situación preocupante tanto para los productores agropecuarios como para los consumidores, ya que implica que por cada peso que recibe el productor, el consumidor final paga $3,4.
La participación del productor en el precio final de venta fue en promedio del 31,3%, lo que evidencia una gran disparidad entre lo que perciben los agricultores y lo que abonan los consumidores en las góndolas de los supermercados. Entre los productos analizados, la lechuga fue el que presentó la menor brecha, con una participación del productor del 76,6%, mientras que el zapallito registró la menor participación, apenas el 3,9%.
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La disparidad de precios se hace aún más evidente al observar las diferencias entre los productos frutihortícolas y los ganaderos. Mientras que los precios de las frutas y hortalizas se multiplicaron por 4,6 veces en marzo, los productos y subproductos ganaderos fueron adquiridos por los consumidores a un precio 3,1 veces superior al que recibieron los productores. Este desequilibrio pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera integral la cadena de valor agroalimentaria para garantizar una distribución más equitativa de los beneficios.
El deterioro en el poder adquisitivo de los consumidores también ha contribuido a esta situación, como lo demuestra la caída del 28,7% en las ventas minoristas de alimentos y bebidas en los primeros tres meses del año en comparación con el mismo período de 2023. Esta disminución en las ventas refleja la dificultad de los consumidores para hacer frente a los precios cada vez más elevados de los alimentos, lo que pone de relieve la importancia de abordar las causas subyacentes de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo.
Entre los alimentos que presentaron las mayores brechas de precios se encuentran el zapallito, el ajo, el limón, la mandarina y la pera, entre otros. Estos productos sufrieron aumentos significativos en sus precios en las góndolas, en contraste con las reducciones en los precios percibidos por los productores. Por el contrario, la lechuga fue uno de los productos con menor diferencia de precios entre el campo y la góndola, lo que sugiere una mayor estabilidad en su cadena de valor.
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La brecha de precios en los alimentos representa un desafío importante tanto para el sector agropecuario como para los consumidores. Es fundamental trabajar en conjunto para abordar las causas subyacentes de esta disparidad y promover una distribución más equitativa de los beneficios a lo largo de toda la cadena de valor agroalimentaria. Solo así se podrá garantizar un acceso equitativo a alimentos de calidad a precios justos para todos los argentinos.