Uruguay con precios un 27% más caros que la mayoría de los países
En una reciente nota de BBC Mundo, se expuso la realidad de los precios en Uruguay, donde se destacó que el país es, en promedio, un 27% más caro que la mayoría de los países del mundo, incluidos Reino Unido, Alemania y Francia. Este fenómeno se manifiesta claramente en el costo de productos básicos como la pasta dental, donde un chileno puede adquirir tres tubos por 3.000 pesos chilenos, mientras que en Uruguay, uno solo puede costar 5.800 pesos uruguayos (US$6,20).
Los costos elevados en Uruguay
Según un análisis del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), los importadores ingresan productos a un determinado valor, pero al llegar a las vitrinas, el precio puede triplicarse. Esto se observa en productos de higiene y limpieza, donde los precios son un 58% más altos que el promedio global. Los alimentos y bebidas no alcohólicas son un 55% más caros, y los artículos de informática y electrónica un 43% más caros.
Factores que influyen en los precios altos
Los economistas identifican varias razones para estos precios elevados en Uruguay. Ignacio Umpierrez, economista e investigador del CED, señala que el fenómeno afecta principalmente a los productos que no se producen localmente y que deben ser importados. Este factor es crucial, dado que Uruguay tiene una población de 3.5 millones de personas y su mercado se encuentra concentrado en pocas empresas, lo que otorga a estas compañías un mayor poder para fijar precios.
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Sebastián Fleitas, economista uruguayo y académico de la Universidad Católica de Chile, añade que la lejanía geográfica de Uruguay con respecto a los principales centros de producción mundial implica mayores costos de transporte y logística. Además, el proceso de registro sanitario en el Ministerio de Salud Pública, que en teoría debería proteger al consumidor, en realidad termina beneficiando a las grandes empresas que controlan estas fichas técnicas por temas de exclusividad o acuerdos comerciales.
Alfonso Capurro, de la consultora CPA Ferrere, menciona que las regulaciones en Uruguay pueden ser excesivas y, en algunos casos, proteccionistas. Por ejemplo, la importación de algunas frutas y verduras está prohibida por reglas fitosanitarias, lo que limita la oferta a la producción local y eleva los precios. Esta medida, según Capurro, ha resultado en precios más altos para los consumidores, especialmente durante periodos de escasez interna.
Impacto en los consumidores
El alto costo de vida en Uruguay se refleja en el presupuesto mensual de los hogares uruguayos, que según el Instituto Nacional de Estadística, es de alrededor de US$2.500. Aunque Uruguay tiene el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita más alto de América Latina, los salarios son considerados bajos en comparación con el nivel de costo de vida. Umpierrez destaca que mientras los salarios son relativamente altos para los niveles de productividad, no compensan los elevados costos de los bienes y servicios.
El sistema tributario en Uruguay también contribuye a los altos precios. Además del IVA, otros impuestos específicos encarecen productos esenciales. Por ejemplo, la bencina y el diésel tienen precios elevados porque una parte del costo se destina a subsidiar el transporte público. Esto significa que, aunque los impuestos sobre la renta pueden ser más bajos, los consumidores terminan pagando más en los bienes que compran diariamente.
En comparación con otros países de la región y del mundo, Uruguay enfrenta un desafío único en términos de costos. En Reino Unido, Alemania y Francia, los precios de muchos productos son inferiores a los que se encuentran en Uruguay. La diferencia se debe no solo a los factores ya mencionados, sino también a la estructura del mercado y a las políticas económicas implementadas en cada país.
Para abordar este problema, los expertos sugieren varias medidas. Mejorar la competencia en el mercado uruguayo podría ser un primer paso para reducir los precios. Esto podría implicar la eliminación de barreras regulatorias que actualmente favorecen a las grandes empresas y dificultan la entrada de nuevos competidores. Además, una revisión de las políticas de importación y de las reglas fitosanitarias podría permitir una mayor disponibilidad de productos importados, lo que ayudaría a reducir los costos para los consumidores.
Asimismo, fomentar la producción local de ciertos bienes podría disminuir la dependencia de las importaciones y, en consecuencia, los costos asociados. Esto requeriría inversiones en infraestructura y apoyo a los pequeños y medianos productores para que puedan competir de manera efectiva en el mercado nacional.
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Uruguay enfrenta un desafío significativo en términos de costos de vida, con precios que superan a muchos países desarrollados. Este fenómeno es el resultado de una combinación de factores, incluyendo la concentración del mercado, costos elevados de transporte y logística, y regulaciones proteccionistas. Para mejorar la situación, es necesario implementar políticas que fomenten la competencia, revisen las regulaciones y apoyen la producción local. Solo así se podrá lograr un equilibrio que beneficie a los consumidores uruguayos y mejore su calidad de vida.