Impacto económico en Uruguay ante el menor crecimiento de sus socios comerciales
El panorama económico de Uruguay para el año 2024 se vislumbra marcado por el menor crecimiento esperado en sus principales socios comerciales. Este escenario previsto influye en la dinámica económica del país sudamericano, donde se prevé que la actividad estará más ligada a la demanda interna. Según el análisis del Banco Central del Uruguay (BCU) en su Reporte del Sistema Financiero 2023, el crecimiento económico estará determinado en gran medida por factores como el aumento de los salarios, la generación de empleo y la inversión nacional.
El informe del BCU destaca que Uruguay se verá afectado por el menor ritmo de crecimiento proyectado para sus principales socios comerciales. Esto implica que el crecimiento económico en 2024 estará más sujeto a las fluctuaciones internas de la economía nacional que a las condiciones del mercado internacional. En este contexto, la demanda interna se erige como un motor fundamental para impulsar la economía del país.
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A nivel internacional, se observa una serie de factores que añaden incertidumbre al panorama económico global. Por ejemplo, en Estados Unidos, la persistencia de la inflación a niveles más altos de lo esperado plantea interrogantes sobre el momento en que la Reserva Federal iniciará el proceso de reducción de las tasas de interés. Esta situación puede tener implicaciones significativas en los flujos financieros y en la estabilidad económica mundial.
Además, las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a un menor crecimiento económico en países como Brasil y China, dos importantes socios comerciales de Uruguay. Se espera que el crecimiento de estas economías disminuya en comparación con años anteriores, lo que puede afectar las exportaciones uruguayas y, por ende, la actividad económica del país.
En el ámbito de las finanzas internacionales, se destaca que las calificadoras de riesgo han otorgado a la deuda uruguaya la calificación crediticia BBB+. Esta calificación refleja la solidez financiera y la estabilidad institucional de Uruguay, factores que han facilitado la implementación de reformas estructurales y el cumplimiento de políticas fiscales y monetarias adecuadas. Esta evaluación positiva contribuye a fortalecer la confianza de los inversionistas y a mantener bajos los costos de financiamiento para el país.
En el contexto bancario, el informe del BCU señala que la solvencia del sistema bancario uruguayo se mantiene en niveles razonables, incluso bajo escenarios adversos de estrés financiero. El grado de adecuación patrimonial de los bancos ha experimentado un crecimiento moderado, lo que indica una saludable posición financiera del sector. Además, se destaca que la liquidez del sistema bancario es adecuada, lo que brinda estabilidad y confianza a los depositantes y al sistema financiero en su conjunto.
En términos de créditos y depósitos, se observa un crecimiento en el monto total de créditos otorgados, así como una disminución en los depósitos en moneda extranjera. Esto sugiere una mayor preferencia por los depósitos en moneda nacional y una menor exposición al riesgo cambiario. Por otro lado, las tasas de interés se han mantenido relativamente estables, con aumentos moderados en algunas áreas y descensos en otras, lo que refleja la cautela de las autoridades financieras ante el entorno económico actual.
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Uruguay enfrenta un panorama económico desafiante en 2024, caracterizado por el menor crecimiento de sus socios comerciales y la incertidumbre en los mercados internacionales. Sin embargo, la solidez institucional y financiera del país, junto con la robusta demanda interna, brindan un sólido respaldo para enfrentar estos desafíos y seguir avanzando hacia un desarrollo económico sostenible.