Consultoras prevén un rebote inflacionario en Argentina
Las proyecciones de diversas consultoras de mercado indican que la inflación en Argentina podría experimentar un «rebote» significativo en junio de 2024. Este escenario se debe a una serie de aumentos en tarifas de servicios públicos, transporte y medicina prepaga. Delphos Investment, una reconocida consultora, estima que la inflación minorista podría alcanzar un 6% mensual (m/m), un aumento considerable que refleja la presión inflacionaria en la economía.
Entre los principales factores que impulsan este rebote inflacionario se encuentran los incrementos en tarifas de gas y electricidad, así como en el transporte público. Además, el retorno de los aumentos en la medicina prepaga añade una capa adicional de presión sobre los precios al consumidor.
Los ajustes en las tarifas de gas y electricidad son parte de una serie de medidas que buscan ajustar los precios de los servicios públicos a niveles más sostenibles para las empresas proveedoras. Estos aumentos, aunque necesarios para la viabilidad económica de los servicios, tienen un impacto directo en el bolsillo de los consumidores, contribuyendo al aumento general de la inflación.
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El aumento en el costo del transporte público es otro factor que añade presión inflacionaria. Los ajustes en las tarifas de transporte suelen ser una respuesta a la necesidad de mantener y mejorar la infraestructura de transporte, así como a los incrementos en los costos operativos, como el combustible y los salarios del personal.
Medicina prepaga
El regreso de los aumentos en la medicina prepaga es otro componente crítico. La medicina prepaga es un sector que ha visto incrementos periódicos en sus tarifas debido a la necesidad de mantenerse al día con los costos médicos y las mejoras en los servicios de salud. Estos aumentos, aunque justificados desde el punto de vista del sector, tienen un impacto directo en los gastos de los hogares.
En respuesta a la incertidumbre económica y para brindar una mayor previsibilidad, el Gobierno argentino ha anunciado que presentará a fines de este mes un marco de programación monetaria al Fondo Monetario Internacional (FMI). Este anuncio, según Delphos Investment, busca reducir la incertidumbre al proporcionar más información sobre el comportamiento proyectado de las variables monetarias.
«La presentación de este marco implica una mayor previsibilidad de la política monetaria, que seguirá siendo conducida de manera flexible, prudente y pragmática», destacan desde la consultora. Esta medida es vista como un paso positivo hacia la estabilización de la economía y la creación de un entorno más predecible para los inversores y consumidores.
La reacción del mercado financiero ha sido notable. Según Delphos Investment, la deuda denominada en dólares, conocida como ‘hard dollar’, ha registrado un aumento superior al 10% en la semana, recuperando las pérdidas de la semana anterior. Además, el riesgo país (RP) cayó alrededor de 200 puntos, situándose en 1,381 puntos, el nivel más bajo desde fines de mayo.
«Si las condiciones externas lo permiten, un primer objetivo para los bonos en dólares sería regresar a los máximos logrados en abril, compatibles con un riesgo país de alrededor de 1,200 puntos. Luego, podríamos pensar en cotizaciones más ambiciosas, que impliquen un riesgo país de 1,000 puntos o menos», explicaron desde Delphos Investment. Este optimismo refleja una confianza renovada en la capacidad del Gobierno para gestionar la economía y alcanzar sus objetivos de desinflación y mejora de las cuentas públicas.
A pesar del optimismo generado por las recientes medidas y reacciones del mercado, Argentina enfrenta desafíos significativos en su camino hacia la estabilización económica y la reducción de la inflación. La historia inflacionaria del país, junto con las presiones internas y externas, crea un entorno complejo para la implementación de políticas económicas efectivas.
La desinflación es uno de los principales objetivos del Gobierno. Reducir la inflación a niveles manejables es crucial para estabilizar la economía y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, este objetivo enfrenta obstáculos importantes, incluyendo la necesidad de equilibrar los aumentos de tarifas con el control de precios y la inflación.
Mejora de las cuentas públicas
Otra meta clave es la mejora de las cuentas públicas. Esto implica reducir el déficit fiscal y gestionar la deuda pública de manera sostenible. Las recientes medidas del Gobierno y el marco de programación monetaria presentado al FMI son pasos en esta dirección, pero su éxito dependerá de la implementación efectiva y de la capacidad para generar ingresos adicionales sin aumentar la carga sobre los ciudadanos.
Los factores externos también juegan un papel crucial. Las condiciones económicas globales, incluyendo las tasas de interés internacionales y los precios de las materias primas, pueden influir significativamente en la economía argentina. La capacidad del país para navegar estos desafíos externos será determinante en el éxito de sus políticas económicas.
El rebote inflacionario previsto para junio de 2024 subraya las complejidades y desafíos que enfrenta la economía argentina. Si bien las medidas recientes, como el anuncio del marco de programación monetaria al FMI, son pasos positivos hacia una mayor estabilidad y previsibilidad, el camino hacia la desinflación y la mejora de las cuentas públicas sigue siendo largo y lleno de obstáculos.
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La reacción positiva del mercado financiero, con la recuperación de la deuda ‘hard dollar’ y la caída del riesgo país, es un indicio alentador de confianza en las políticas del Gobierno. Sin embargo, para que esta confianza se traduzca en beneficios sostenibles y duraderos para la economía y la población, será necesario un esfuerzo continuo y coordinado en la implementación de políticas económicas prudentes y efectivas.
Mientras Argentina enfrenta un rebote inflacionario significativo en junio, las medidas adoptadas y la reacción del mercado sugieren que hay esperanza para una estabilización y mejora a largo plazo. La clave estará en la capacidad del Gobierno para navegar estos desafíos con una combinación de flexibilidad, prudencia y pragmatismo en su política económica.