Comercio informal en Argentina decae para el mes de mayo
Durante el pasado mes de mayo, la ciudad de Buenos Aires registró 1042 puestos de venta ilegal callejera, lo que representa una disminución del 0,8 % en comparación con mayo de 2023 y una leve baja del 0,2 % respecto a abril de 2024. Aunque estos porcentajes puedan parecer pequeños, reflejan un esfuerzo continuo por parte de las autoridades para controlar esta problemática persistente.
Las diez cuadras más afectadas concentraron el 60,8 % del total de puestos ilegales ubicados en calles, avenidas y peatonales. Estas diez cuadras representan el 25,6 % del total de las cuadras afectadas. La avenida Avellaneda es la más perjudicada, con cuatro de las diez cuadras más golpeadas, representando el 27,5 % del total detectado en avenidas y calles. Las otras seis cuadras se encuentran en la Zona Once, con una participación del 33,2 %.
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La cuadra más afectada de toda la ciudad fue Av. Avellaneda al 2900, con 106 puestos relevados, seguida por Av. Avellaneda al 3000, con 77 stands. Estas cifras demuestran que, a pesar de los esfuerzos para reducir la venta ilegal, ciertas áreas siguen siendo focos principales de esta actividad. La concentración en estas zonas sugiere que los comerciantes ilegales encuentran en estos lugares un flujo constante de potenciales compradores.
El principal centro de comercialización ilegal para estos rubros fue la Zona Once, que incluye las avenidas, calles y la estación Once de Septiembre. Esta área no solo es un punto neurálgico de la venta ilegal, sino también un desafío logístico para las autoridades debido a su alta densidad de tránsito y comercio legítimo.
El rubro de Indumentaria y calzado fue el más comercializado, abarcando el 80,2 % del total de puestos. Le siguió el rubro de Alimentos y bebidas, con un 10 %. Este predominio de la indumentaria y el calzado se debe en gran medida a la demanda constante de estos productos, que son fácilmente transportables y vendibles en contextos de venta ambulante. Además, la piratería y la falsificación de marcas conocidas en este rubro siguen siendo un gran atractivo para compradores que buscan precios más bajos sin considerar la calidad o la legalidad de los productos.
El informe también revela un incremento del 8,1 % en los casos de piratería respecto a abril de 2024, con un total de 1287 casos detectados. La Zona Once lideró las falsificaciones en los rubros de Indumentaria y calzado, así como Óptica, fotografía, relojería y joyería. Esta tendencia al alza en la piratería sugiere que, aunque se han reducido los puestos de venta ilegal, la producción y distribución de productos falsificados sigue siendo un negocio lucrativo y en expansión.
El relevamiento se llevó a cabo entre el 1 y el 31 de mayo de 2024 mediante un recorrido de observación de los puestos de comercio ilegal instalados en ambas aceras de las avenidas, calles, estaciones, terminales y plazas más relevantes de la capital argentina. Este método de observación directa permite obtener una imagen precisa y actualizada de la situación en las calles, aunque también presenta desafíos en términos de la capacidad para cubrir todas las áreas afectadas y la variabilidad diaria de los puestos.
Las autoridades de Buenos Aires han implementado diversas estrategias para combatir la venta ilegal, desde operativos de control y desalojo hasta campañas de concientización para la ciudadanía. Sin embargo, la persistencia de la venta ilegal y el aumento en los casos de piratería indican que se necesitan enfoques más integrales y coordinados.
Una de las principales dificultades radica en la capacidad de los vendedores ilegales para reubicarse rápidamente y adaptarse a nuevas condiciones. Esto requiere una vigilancia constante y una colaboración estrecha entre diferentes organismos de control y seguridad.
La venta ilegal callejera no solo afecta a los comerciantes legítimos, que ven reducidas sus ventas debido a la competencia desleal, sino que también plantea riesgos para los consumidores. Los productos vendidos en la calle, especialmente alimentos y bebidas, pueden no cumplir con las normativas de seguridad e higiene, lo que pone en riesgo la salud pública.
Además, la venta ilegal contribuye a la informalidad económica, lo que significa una pérdida de ingresos fiscales para el estado y una falta de protección laboral para quienes trabajan en este sector. Abordar esta problemática de manera efectiva requiere no solo medidas de control y represión, sino también políticas que promuevan la formalización y el acceso a oportunidades económicas legítimas.
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La leve caída en la venta ilegal callejera en Buenos Aires durante mayo de 2024 es un indicio positivo de los esfuerzos realizados por las autoridades, pero también subraya la necesidad de una estrategia sostenida y multifacética. La concentración de puestos en ciertas áreas y el aumento en la piratería reflejan desafíos persistentes que deben ser abordados con determinación y colaboración interinstitucional.