Cámara Argentina de Comercio y Servicios señaló caída del consumo minorista del 7,7%
El consumo minorista en Argentina sigue mostrando señales preocupantes. De acuerdo con el último relevamiento de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), el consumo masivo ha seguido cayendo respecto a 2023 y acumula un -4,3% de caída en lo que va del año. La alta inflación y la reducción del ingreso real se destacan como las principales causas de este fenómeno.
En mayo de 2024, el Indicador de Consumo (IC) de la CAC mostró un retroceso del 7,7% en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta disminución implica un decrecimiento desestacionalizado del 2,2% frente al mes de abril, lo que indica que, incluso descontando los efectos estacionales habituales del consumo a lo largo del año, la tendencia sigue siendo negativa.
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El relevamiento de la CAC estimó un ingreso nominal promedio por hogar de $1.084.000 en mayo de 2024. Sin embargo, este ingreso representa una caída interanual del 21% en su poder de compra. La inflación y la caída del ingreso real son factores determinantes que han afectado el consumo de las familias argentinas.
La caída del ingreso real se mantiene a nivel agregado, lo que genera una disminución del consumo en los hogares. Aunque en los últimos dos meses la variación de los salarios registrados ha aumentado por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC), esto aún no se ha reflejado en una recuperación del consumo.
El informe de la CAC destaca que, en el acumulado anual de este año respecto a 2023, el consumo refleja una baja del 4,3% en la comparación interanual. Se espera que la evolución negativa continúe, aunque cabe la posibilidad de mejoras intermensuales gracias a la paulatina recuperación del poder adquisitivo de los salarios.
El contexto recesivo actual reduce la posibilidad de aumentos nominales en los salarios que permitan una recuperación de la demanda. A pesar de los incrementos en la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la tarjeta alimentar, así como la persistencia de bonos a jubilados, estas medidas parecen no ser suficientes para recomponer el poder de compra de los sectores más vulnerables.
La alta inflación continúa erosionando los ingresos de las familias. Según datos recientes, la inflación interanual en Argentina se ha mantenido por encima del 50%, una cifra alarmante que afecta directamente el poder adquisitivo y la capacidad de consumo de la población. Las políticas gubernamentales, aunque bien intencionadas, no han logrado revertir esta tendencia.
El impacto de la caída del consumo no ha sido uniforme y varía significativamente entre los diferentes rubros. El sector de indumentaria y calzado mostró un decrecimiento estimado del 27% en mayo, con una contribución negativa del 1,7% al retroceso del 7,7% interanual del indicador general. Este sector ha sido particularmente afectado por la reducción del poder adquisitivo, ya que las familias priorizan la compra de bienes esenciales por sobre artículos de moda.
El capítulo de transporte y vehículos también experimentó una caída significativa, con un decrecimiento del 11,3% en comparación con el año anterior. Este rubro, tradicionalmente sensible a las fluctuaciones económicas, ha visto una disminución en la demanda debido al aumento de los costos de mantenimiento y combustible, así como a la incertidumbre económica que desalienta la compra de bienes duraderos.
El sector de recreación y cultura fue uno de los más golpeados, con un decrecimiento interanual del 42,6% en mayo. Las restricciones presupuestarias han llevado a las familias a reducir el gasto en entretenimiento, actividades recreativas y productos culturales, afectando a una amplia gama de negocios y servicios relacionados.
Por otro lado, el apartado de vivienda, alquileres y servicios públicos mostró un incremento del 6,3% interanual en mayo, lo que refleja la naturaleza esencial de estos gastos. A pesar de la crisis económica, las familias continúan destinando una parte significativa de sus ingresos a cubrir necesidades básicas como la vivienda y los servicios, aunque esto implica recortes en otras áreas de consumo.
La situación económica actual presenta un panorama desafiante para el consumo minorista en Argentina. La alta inflación, la caída del ingreso real y la incertidumbre económica siguen siendo los principales obstáculos para una recuperación sostenida del consumo. Sin embargo, algunos analistas ven señales de esperanza en la paulatina recuperación del poder adquisitivo de los salarios, que podría traducirse en mejoras intermensuales en los niveles de consumo.
Es crucial que el gobierno implemente políticas económicas efectivas para controlar la inflación y fomentar el crecimiento del empleo y los salarios reales. Medidas como la reducción de impuestos, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, y la implementación de programas de capacitación y empleo pueden contribuir a mejorar la situación económica y estimular el consumo.
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El consumo minorista en Argentina ha experimentado una significativa caída en los primeros cinco meses de 2024, con un retroceso del 7,7% en mayo comparado con el mismo mes del año anterior. La alta inflación y la disminución del ingreso real son los principales factores que han afectado el desempeño comercial. A pesar de los esfuerzos gubernamentales para mitigar los efectos de la crisis, la recuperación del consumo sigue siendo un desafío.
Es esencial que se continúe monitoreando la situación económica y se implementen medidas adecuadas para fomentar el crecimiento y la estabilidad. Solo a través de un enfoque integral y sostenido se podrá lograr una recuperación del consumo y, en última instancia, una mejora en la calidad de vida de los argentinos.