Ayer leí la noticia de que la familia #Nordstrom está tratando de excluir su empresa, Nordstrom, de la Bolsa.
Esperan que a la segunda vaya la vencida, después de que una oferta en 2017 fuera rechazada por ser demasiado baja. Les ayuda que la valoración de Nordstrom en la Bolsa de Nueva York (NYSE) es más baja ahora, pero los tipos de interés son más altos y no va a ser nada fácil levantar capital para un proyecto de transformación tan ambicioso.
¿Qué razones tienen los Nordstrom para excluir de Bolsa a su empresa?
• La familia fundadora quiere más control sobre de la empresa, sin la incertidumbre sobre la estructura del capital que puede ofrecer la Bolsa
• Quieren alejarse de la «presión del mercado» y del riesgo de los fondos activistas que miran al corto plazo
• En un momento en que tienen que acertar con la estrategia de transformación a largo plazo
¿Tendrá éxito esta operación de exclusión?
Creo que Nordstrom tiene la oportunidad de dar un impulso al negocio de los grandes almacenes, volviendo a los orígenes de su éxito: producto novedoso, exclusivo y de tendencia. Y el legendario servicio al cliente por el que son famosos en el mundo entero y que dio lugar a varios libros como «The Nordstrom Way»
Estar en Bolsa cuando se afronta un proceso de transformación tan complejo como el que tienen los grandes almacenes no ayuda. Me acuerdo de la aventura del gran gurú del retail Ron Johnson, que salió de Apple para liderar JCPenney, y la Bolsa, siempre atenta al cortísimo plazo, penalizó su gestión teniendo que salir antes de cumplir 2 años en la empresa.
Aunque, por supuesto, un cambio de propiedad no resolverá automáticamente todos los problemas que tienen, especialmente si las mismas personas permanecerán al timón.