Willem F. Schol, experto de opinión y Presidente de AmericaRetail & Malls, propone el siguiente tema: Latin America Rising: La próxima ola de nearshoring su impacto en la competitividad regional y desafío a China
Durante las últimas seis décadas, ha habido un cambio significativo en la producción y fabricación de bienes en el continente americano, en particular en la relación entre Estados Unidos y México. El fenómeno conocido como nearshoring, que implica trasladar la producción de bienes de un país a otro cercano geográficamente, ha tenido un impacto profundo en la economía de ambos países y en sus relaciones comerciales.
Un reciente artículo del Instituto Baker titulado «60 años de nearshoring», destaca la importancia de las relaciones económicas entre Estados Unidos y México, las cuales han experimentado múltiples cambios y desafíos a lo largo del tiempo. Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, la relación económica entre ambos países ha experimentado un cambio significativo, con una mayor integración de las cadenas de suministro y un aumento en el comercio bilateral. Este proceso de integración económica ha sido impulsado en gran medida por la cercanía geográfica de ambos países, así como por la mano de obra calificada y los recursos naturales disponibles en México.
El impacto del nearshoring entre Estados Unidos y México en la relación comercial con China también es considerable. El nearshoring ha llevado a un aumento en la producción y fabricación de bienes en México, lo que podría reducir la dependencia de Estados Unidos en China como principal socio comercial en ciertos sectores. Sin embargo, la competencia global, la evolución tecnológica y las preocupaciones ambientales podrían influir en cómo las empresas estadounidenses decidan operar en el futuro, incluyendo la reconsideración de la ubicación de la producción en países como China.
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Si bien inicialmente el nearshoring se originó como una estrategia para reducir costos laborales, con el tiempo ha evolucionado hacia una estrategia más integral que busca optimizar la cadena de suministro en su totalidad. En este sentido, empresas de diferentes sectores han aprovechado las ventajas del nearshoring para acceder a mercados internacionales, diversificar sus operaciones y aumentar su competitividad en un entorno global cada vez más complejo.
Desde la perspectiva de Estados Unidos, el nearshoring ha permitido a las empresas reducir sus costos de producción, mejorar su eficiencia y acceder a una base de consumidores más amplia en México y otros mercados emergentes. Por otro lado, el nearshoring ha sido una fuente de empleo y crecimiento económico para México, al fomentar la inversión extranjera, la transferencia de tecnología y la capacitación de la mano de obra local. Sin embargo, el nearshoring también ha planteado desafíos en términos de competencia, regulación y medio ambiente, que requieren una gestión cuidadosa por parte de ambos países.
A pesar de que el nearshoring ha sido una estrategia exitosa para muchas empresas en las últimas décadas, también ha enfrentado ciertas limitaciones y críticas. Por ejemplo, la creciente automatización de la producción y la digitalización de la economía han planteado nuevos desafíos para el nearshoring, al redefinir los criterios de selección de ubicación de las empresas y cambiar la naturaleza de la mano de obra requerida en la industria manufacturera.
A pesar de que el nearshoring seguirá siendo una estrategia relevante para muchas empresas en los próximos años, es probable que experimente cambios significativos en respuesta a las tendencias emergentes en el comercio global, la tecnología y la política. Por ejemplo, la creciente competencia de otros países en Asia y Europa, así como la presión para reducir la huella ambiental de la producción, podrían influir en la evolución del nearshoring en el futuro.
La experiencia de nearshoring entre Estados Unidos y México puede ser aplicable a otros países latinoamericanos que busquen fortalecer sus relaciones comerciales con países cercanos y mejorar la competitividad de sus industrias. Países como Colombia, Chile, Perú y Brasil podrían beneficiarse de una estrategia de nearshoring con Estados Unidos o Canadá, aprovechando su proximidad geográfica, la disponibilidad de recursos naturales y una mano de obra calificada.
Esta estrategia permitiría a las empresas latinoamericanas diversificar sus mercados, acceder a tecnologías avanzadas y fortalecer sus cadenas de suministro. Esto sería especialmente relevante en sectores como la industria textil, automotriz, electrónica y alimentos, donde la cercanía geográfica y la integración de las cadenas de suministro son cruciales para reducir costos y tiempos de entrega.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el éxito del nearshoring en otros países latinoamericanos dependerá de diversos factores, como la estabilidad política, la infraestructura logística, la capacitación de la mano de obra y la apertura a la inversión extranjera. Además, la alineación de políticas públicas y estrategias comerciales entre los países involucrados será fundamental para garantizar una colaboración efectiva y sostenible a largo plazo.