Colombia en el Horizonte, desafíos y perspectivas, el futuro de Colombia se vislumbra en un panorama incierto, donde persisten desafíos económicos y sociales que afectan la calidad de vida de sus ciudadanos. La combinación de políticas ineficaces, problemas judiciales y una gestión gubernamental irregular ha contribuido a mantener al país en un ciclo de pobreza del que parece difícil escapar.
Según datos del Banco Mundial, Colombia tiene un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de US$15.651 en términos de Poder Adquisitivo de Compra (PPP), lo que representa menos de la mitad del ingreso de países como Panamá, y está por debajo de naciones como Chile, Uruguay, Argentina, Costa Rica, México y República Dominicana. Estas cifras reflejan claramente la brecha económica que separa a Colombia del mundo desarrollado.
Vea: El trasfondo económico del intercambio comercial entre Colombia y Argentina
La Regla de 70, una herramienta utilizada para calcular el tiempo necesario para que el PIB se duplique, revela una realidad preocupante para Colombia. Con una tasa de crecimiento económico del 0,6% en 2003, el país necesitaría 116 años para duplicar su PIB si mantuviera ese ritmo. Aunque se esperan tasas de crecimiento ligeramente superiores para los próximos años, con proyecciones del 1,6% para 2024 y del 2,0% para 2026, aún estaríamos lejos de alcanzar un crecimiento sostenible.
Para lograr un cambio significativo y evitar que las generaciones futuras se enfrenten a un país estancado, se necesitarían tasas de crecimiento del 10% o más, similares a las que China ha experimentado en el pasado. Sin embargo, con el actual clima político y económico, caracterizado por la falta de incentivos a la inversión, este escenario parece poco probable.
El gobierno ha reconocido la necesidad de abordar la desigualdad económica en el país, pero su enfoque actual puede no ser el más adecuado. Si bien es cierto que Colombia enfrenta altos niveles de desigualdad (con un coeficiente Gini de 0,56), centrarse únicamente en redistribuir la riqueza no resolverá el problema si la economía no crece.
La lucha contra la pobreza y la desigualdad requiere un enfoque integral que promueva la creación de riqueza, fortalezca el sistema judicial y mejore la eficiencia administrativa. La capacidad del Estado para recaudar impuestos de manera efectiva y utilizar estos recursos para proporcionar servicios públicos de calidad también desempeña un papel fundamental en la reducción de la brecha entre ricos y pobres.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la evasión tributaria en Colombia alcanza el 25%, mientras que la corrupción ha generado pérdidas equivalentes a más de 20 reformas tributarias, según estimaciones de la Contraloría.
En este contexto, es evidente que el país enfrenta desafíos significativos en términos de gobernanza y transparencia, que deben abordarse de manera urgente para promover un crecimiento económico sostenible y equitativo.
Vea: El desafío del mercado laboral en Colombia
El futuro de Colombia está marcado por una serie de desafíos complejos que requieren un enfoque integral y colaborativo por parte del gobierno, el sector privado y la sociedad en su conjunto. Solo mediante la promoción de políticas económicas sólidas, el fortalecimiento de las instituciones y la lucha contra la corrupción se podrá construir un país más próspero y equitativo para las generaciones venideras.