Cómo se evitó el desabastecimiento de alimentos durante el fenómeno de El Niño, el impacto del fenómeno climático de El Niño siempre ha representado un desafío significativo para los sectores agrícolas de cualquier país. En el caso de Colombia, la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Jhenifer Mojica, ha entregado un detallado balance de las acciones implementadas por su cartera para hacer frente a este fenómeno y evitar así posibles consecuencias catastróficas para el campo colombiano.
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El enfoque anticipatorio, la información transparente y continua, el apoyo directo a los productores agropecuarios y el respaldo económico a través de líneas de crédito han sido elementos clave que han contribuido a contrarrestar los efectos negativos del fenómeno de El Niño en la producción de alimentos en Colombia.
La Ministra destacó que, a pesar de la presencia del fenómeno de El Niño, no se registraron impactos significativos en la producción de alimentos durante el primer trimestre del año. De hecho, se observó un aumento en el abastecimiento de alimentos en todas las centrales de abastos del país, lo que demostró que no hubo riesgo de desabastecimiento en ningún lugar.
El plan de preparación para enfrentar este fenómeno climático se puso en marcha desde marzo de 2023, basado en los pronósticos proporcionados por el Ideam que alertaban sobre la llegada de un Niño fuerte. Desde entonces, el Ministerio de Agricultura diseñó diversas medidas para mitigar su impacto, comenzando con la creación de líneas de crédito destinadas a pequeños y medianos productores para realizar inversiones en infraestructura, maquinaria y prácticas agrícolas que ayudaran a enfrentar la sequía prevista.
Un total de 250 operaciones crediticias se llevaron a cabo, respaldando proyectos de inversión por un valor de $12.494 millones, enfocados en la prevención y mitigación de las afectaciones causadas por El Niño. El Gobierno también proporcionó un subsidio a la tasa de interés por valor de $1.176 millones, facilitando así el acceso a estos recursos para los productores más vulnerables.
La mayoría de estos créditos se destinaron a proyectos de riego y drenaje, permitiendo a los productores agropecuarios gestionar adecuadamente el agua durante la temporada de sequía. Además, se activó el Fondo de Acceso a Insumos Agropecuarios (FAIA) para apoyar la compra de fertilizantes y alimentos balanceados para animales, con especial atención al sector caficultor, que recibió el 47% de los recursos destinados.
Una vez declarada la situación de desastre por parte de las autoridades competentes, se estableció el Puesto de Mando Unificado (PMU) para coordinar la respuesta del sector agropecuario a nivel nacional. Los secretarios de Agricultura departamentales proporcionaron informes sobre las afectaciones en sus respectivas regiones, lo que permitió una respuesta coordinada y efectiva.
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Se diseñó un aplicativo para que los entes territoriales reportaran el impacto del fenómeno en sus territorios, lo que sirvió como base para la distribución de ayudas a los sectores más afectados. Estas ayudas incluyeron dotaciones agrícolas y pecuarias, destinadas a mejorar la capacidad de los productores para enfrentar las condiciones adversas.
Hasta la fecha, se han entregado un total de 3.831 equipamientos agrícolas y pecuarios, con planes para distribuir otros 3.213 en los próximos días. Estas acciones han sido fundamentales para garantizar el abastecimiento de alimentos en todo el país y mantener bajo control el índice de precios al consumidor (IPC).
La ministra Mojica enfatizó que el sector agrícola ha jugado un papel crucial en la estabilidad económica del país durante esta crisis, siendo responsable de mantener la inflación bajo control gracias a su capacidad para producir alimentos de manera sostenible. En medio de una crisis global, Colombia ha demostrado la importancia de valorar y apoyar a los productores agrícolas, que son la base de nuestra seguridad alimentaria.
El enfoque proactivo y coordinado del Gobierno, en colaboración con los productores y las autoridades locales, ha sido fundamental para evitar el desabastecimiento de alimentos durante el fenómeno de El Niño. Estas medidas no solo han protegido la seguridad alimentaria del país, sino que también han demostrado la importancia de invertir en el sector agrícola como motor de desarrollo económico y social.